Sol
nació chiquitita y un poco tarde. A su madre se le antojó que era muy negra.
Decía que sus otros hijos e hijas, tenían otro tono, otro color diferente del
que tenía su nueva hija. Todos se acercaron, la vieron tan pequeña, tan
indefensa, que ninguno se imaginó nada más bonito en el mundo. Le hablaban
todos a la vez, todos reclamaban su atención, todos querían ser el hermano o la
hermana preferida… Hubo una gran fiesta nocturna, donde se habló de lo extraño,
hasta entonces, del nombre, y es que… las cucarachas a sus hijos les llaman soles.
Fabián Madrid
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jejeje me has hecho reir con el inesperado final!
ResponderEliminar=)
Un abrazo
Siempre nos sorprendes tus geniales finales ..
ResponderEliminarUn abrazo y feliz noche.
¡Toma ya!
ResponderEliminar¡Menudo final! Me has dejado cri-cri-cri :-)
Un beso.