4/7/12

Este jueves relato: Fantasías secretas —Amor de madre--



Doña Encarni, la de recepción, es una mujer muy amable. Su alegría, su saber estar y dar a cada cual  lo suyo, le hace el centro de la reunión. 

 No admite cumplidos, dice que no se los cree. Un día le oí hablar, y lo que confesaba era que no se sentía querida, que no estaba acostumbrada a que la trataran bien. Se había hecho a la idea de que era menos importante, menos necesaria de lo que en realidad era. Por eso trata de justificar sus muchos éxitos, como si fueran pequeños logros personales.

 A lo mejor es por eso por lo que quiere a todo el mundo. Esparcir ternura por donde va, es su forma de pedir afecto. Creo que no es una actitud egoísta, es simplemente sembrar amor para recoger cariño.

Cuando crezca y salga de aquí, la cuidaré como está haciendo ella con todo el hospital.

Más fantasías en el blog de San

24 comentarios:

  1. O bien es un niño que está hospitalizado o es un vecino del edificio de Doña Encarni, que sabe como se esfuerza en ser amable con los demás.

    Bonita historia.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Yo conozco a una Encarni así de encantadora, pero ella sí se siente querida. Esta otra será bien cuidada y dejará de ser una fantasía, preciosa además.

    Besicos.

    ResponderEliminar
  3. Esparcir ternura por donde va... sembrar amor para recoger cariño. ¡Ojalá! lo consiga Doña Encarni. Me ha caído muy bien.

    Un abrazo.

    Lupe

    ResponderEliminar
  4. Los niños detectan a estos ángeles y no creo que sea intuición, se apegan a quien les da afecto... son incondicionales a él.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Los niños detectan a estos ángeles y no creo que sea intuición, se apegan a quien les da afecto... son incondicionales a él.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Hay alguna gente así, seres angelicales capaces de darlo todo sin esperar nada a cambio. Su inmensa modestia les impide drse más importancia. Que gran fantasía la de este niño, ha recogido gran parte de lo que la propia Soña Encarni va sembrando.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  7. Ojalá y tuviéramos muchas más Doñas Encarnis repartidas por el mundo, las cosas serían muy diferentes, segurito.
    Besos

    ResponderEliminar
  8. Cierto que hay mucha gente que siembra amor desinteresadamente, la cosecha es tan gratificante como que un niño decida ser tu angel de la guarda.
    besos

    ResponderEliminar
  9. Seguro que todo lo que da, le será devuelto con creces, porque donde siembras al final recoges, y esa fantasía se convertirá en realidad.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  10. La sutileza de la ternura expande un abrazo a los corazones, no cae en saco roto Doña Encarni, porque quien siembra dulzor recibe cariños.
    Bella ensoñación posible.
    Gracias por visitarme y seguirme, yo te sigo complacida, por segunda vez juevero, bienvenido. Besito.

    ResponderEliminar
  11. Un niño tierno, lleno de los cuidados y cariño que el quiere devolver, porque se da cuenta lo importante que es.

    Una ternura de relato.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Tan tierno, tan dulce, la señora Encarni seguro sabrá agradecer.
    Una fantasía que deja el corazón blandito.
    Besos.

    ResponderEliminar
  13. Una pena que Encarni no se sienta querida, ni merecedora de cumplidos. Es lo menos que se ha ganado si anda sembrando amor y buena onda por el mundo.
    Bonita historia
    un saludo

    ResponderEliminar
  14. Con gestos de ese calibre seguro se cumplirán las fantasías de muchos desvalidos...lástima que ella -dice- no sentirse querida- habría que hacerle sentir lo contrario.

    Un abrazo juevero!
    =)

    ResponderEliminar
  15. ufff... dar tanto y no recibir nada...esta es una linda fantasía llena de promesas por juntar... un beso!

    ResponderEliminar
  16. Un texto claro y prometedor. Confiamos en las fantasías, que ahora ocultas, se materialicen en la madurez.

    Abrazos

    ResponderEliminar
  17. Doña Encarni, modelo de humanidad, de bondad, de sencilla modestia, como modelo a imitar, preciosa fantasía para una persona que aún ha de crecer y madurar, referencia a la que ceñirse para hacerse grande en hermosas cualidades.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  18. Dar y recibir... Sembrar y cosechar... Cuántas maneras de expresar la entrega hacia los demás -si bien es cierto que no siempre a una se la reconoce por ello, en este caso, por suerte, existe alguien que la admira y está dispuesto a entregar afecto del mismo modo.
    Buen relato, que encumbra la solidaridad, el afecto y el reconocimiento.
    Besos al vuelo:
    Gaby*

    ResponderEliminar
  19. Precioso texto, dar sin recibir, no se me ocurre nada más bonito y productivo a la vez.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  20. La verdad es que dan ganas de conocer a Doña Encarni, así tan bondadosa, el caso es que me recuerda a una conversación de no hace mucho con un niño así ;) Quizá esa fantasía secreta la comparta mucha gente.

    Un abrazo, Fabián.

    ResponderEliminar
  21. Copio un poco a Tyrma, es muy bonito dar a cambio de nada, sin darle importancia. Te ha quedado un texto redondo en el que puedo encajar, en el papel de Encarni, a personas que conozco y que si, se ganan el cariño.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  22. Yo creo que la humanidad se reparte al cincuenta por ciento en los que fantasean con recibir y los que lo hacen con dar. Creo que el espíritu se complace mucho más dando. Bonito relato que me hace reflexionar. Besos

    ResponderEliminar
  23. Creo que todo el mundo conoce una persona así; son muy amables, nunca una cara seria, de enojo o fastidio, siempre recibiendo a las personas con una sonrisa y una eterna paciencia. Hoy parecen escarcear y en un mundo cada vez más hostil son como fantasías que hay que cuidar para que no desaparezcan. Excelente gracias por compartirlo

    ResponderEliminar
  24. Si hubiera más doñas Encarnis el mundo sería mucho mejor, lástima que la pobre mujer no se sintiera recompensanda. ¡Hay que ver que desagradecidos somos a veces! Un beso.

    ResponderEliminar