Yo
veía aquellos círculos y no lograba saber qué representaban. Estaban colocados
sin orden, incluso unos encima de otros, pisándose, deformando su redondez
hasta conseguir figuras imposibles. Los miré desde un lado, desde el otro. Con
dificultad me situé encima de ellos, trataba de tocarlos, de cogerlos, pero me
era imposible. De pronto comenzaron a cobrar vida. Con movimientos lentos,
dibujaban figuras suaves, a veces bellas y siempre nuevas y atractivas. No
podía dejar de mirarlos, me atraían.
Cuando
el barman pasó el paño y borró todos los círculos, mi mundo se vino abajo y yo
acabé en el suelo.
Fabián Madrid
Más círculos viciosos
en el blog de Maribel Lirio
Si bebes, no conduzcas. Si conduces, no bebas. En fin, por suerte conduce Maribel, así ¡hala! pagate otra vuelta que te acompaño, pues esa imagen de círculos de agua, me ha encantado.
ResponderEliminarbesos
Qué bueno ha estado tu relato sobre los círculos, tratando de cogerlos, madre mía qué final tuvo cayó al suelo, eso pasa por beber tanto.
ResponderEliminarBesos.
Un relato intrigante hasta el final , cuando descubres que el pobre hombre estaba achispado, sus dibujos se le fueron al traste ajjajaj.
ResponderEliminarUn saludo.
Una barra de bar, es el mejor salón de exposiciones que pueda soñarse. Aunque para disfrutarla hasta el final, es necesario la mesura.
ResponderEliminarBuen relato.
Saludos.
Sin duda habría bebido más dela cuenta, pero esos círculos al día siguiente no existen, pero ¿Y los que no se producen por haber bebido?
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy original este relato y divertida la imagen que has creado hasta el desplome de este hombre.
ResponderEliminarBesos.
Jeje, muy gráfico el laberinto en el que ese pobre ha caído! Oigo al enfoque para tu relato
ResponderEliminarUn abrazo
Jajá, muy bueno. Comprendo lo que dices, lo he visto, a veces incluso sin haber bebido.
ResponderEliminarUn abrazo.
jajaja, qué buena idea! y buena la imágen elegida.
ResponderEliminarbeso, Fabián.