Fui
contigo a la heladería, y mientras tú parecías pensar qué helado elegir, te
estuve mirando. Te vi como un helado de limón; fuerte y sin embargo dulce. Tu
voz preguntaba una y otra vez y el sabor de la piña empezó a notarse en el
ambiente; ese dulzor que agrada en la lengua. Tus manos señalaban las distintas
variedades; eran como dedos de menta que iban mezclando sabores en mi boca. Las
demás partes de tu cuerpo, que apenas tapaban unas esforzadas telas, me
anunciaban el uso que le íbamos a dar a la stracciatella. Como todos los
sábados.
Fabián Madrid
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Molí del Canyer
¡Qué bonito lo has hecho, Compi!
ResponderEliminarDistintos sabores para el paladar.
ResponderEliminarBesos.
Que relato más suculento que nos has hecho , muy lindo los sabores conjugarlos con el cuerpo de tu amada.
ResponderEliminarFeliz semana , un abrazo
Estupenda idea. degustar entre los dos y todos los sabados, una stracciatella. Buén post amigo. Saludos!!!
ResponderEliminarBonito y sugerente relato, Fernando. Lleno de sabores y sensaciones. Me gusta. Besos
ResponderEliminarjeje erótico y sabroso ese helado!
ResponderEliminar=)
Me gustó paladearlo!
Un abrazo
Buen relato, erótico, sabroso y dulce como un helado... jajjaa
ResponderEliminarBuen relato, erótico, sabroso y dulce como un helado... jajjaa
ResponderEliminarUn cuerpo tomando sabores para finalmente degustar un helado de stracciatela. Sensualidad a chorros, besos.
ResponderEliminarUna explosión de sabores...para derretirse.
ResponderEliminarbesos