Yo de pequeño jugaba con un saltamontes. Es mi primer
recuerdo de algo para jugar que era mío. Era de madera maciza, verde selectivo,
es decir conservaba partes de pintura en
sitios poco accesibles. Las patas angulosas terminaban en unas ruedas excéntricas
que causaban mi admiración. Un día lo perdí de vista; según me contaron había
saltado desde el cuarto piso, en el que vivía con mi abuela.
Siempre que recuerdo aquel saltamontes, me viene a la cabeza
el nombre de Félix. No sé si era el nombre que yo le puse, o porque Félix viene
del latín; significa feliz.
Fabián Madrid
Más juegos y juguetes
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Ese saltamontes tal vez tuviera un poco de suerte como Felix el gato ... y no se destruyera del todo .
ResponderEliminarUn recuerdo muy bonito , que cosas como se nos quedan reflejados los buenos momentos .
Un abrazo.
Bueno Fabián, al final no sé si era un saltamontes real o de juguete, pero, como fuera, se fue a vivir su vida. Yo tuve una ranita de plomo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Uuufff !!!
ResponderEliminarque bello relato, me a emocionado bastante, que hermosos recuerdos, me dejaste sin palabras de verdad
¡Hola! ¡Qué bonito recuerdo! Y el excusa de su desaparición me gustó mucho.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Que ternura de relato,sobretodo ese recuerdo de un tiempo feliz .
ResponderEliminarBesos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue precioso y original (el relato y el saltamontes) lo peor es que este último se fugase a vivir su vida. Besos.
ResponderEliminarMe has puesto una sonrisa en los labios. Quizás por lo de Félix = feliz..!
ResponderEliminarLindo texto.
Un abrazo
Siempre hay juguetes que les tomamos un cariño especial y no sabemos el por qué, pero es así.
ResponderEliminarUn abrazo
Hay juguetes especiales a los que le tomamos cierto cariño y permanecen en nuestros recuerdos.
ResponderEliminarUn beso
Que buen juguete.
ResponderEliminarSaludos.
Pues este saltamontes que se vé en la foto, es un juguete precioso. Látima que se extraaviara. Un abrazo
ResponderEliminarEs verdad lo que dices, como a veces un juguete que nos marca y que recordamos con mucho cariño...en mi caso era un oso que creo que fue el primero como dices propio...este aún sigue por ahí por casa de mi madre, no tenía tanta ansia de libertad.
ResponderEliminarUn abrazo