La
mano que da puede ser la salvación. Pero también ser una ayuda necesaria para
esa persona, un auxilio a una situación elegida con anterioridad, una forma de
vida buscada para el aprendizaje
económico, para ejercitar el desapego, para ejercer la libertad de un trabajo.
Una vida económicamente saludable, puede ser abandonada para acceder a otra
mejor, más apropiada para una evolución corporal o espiritual. Permitamos y
respetemos la libertad de quien ha elegido un tipo concreto de vida, aunque no
lo entendamos. Ayudemos en la medida de nuestras posibilidades, no más.
Aunque
lo ideal sería acompañarla con una sonrisa.
Fabián Madrid
Más manos en el blog de Gustavo
Una mano ayuda mucho más que quizás una moneda , siempre que esa mano la lleve a un futuro más alentador , y si va con una sonrisa seguro que lo agradecerá eso siempre ayudo a subir la autoestima.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si, puede ser en muchos casos, aunque no en todos, que se acostumbran a esa vida. Yo creo que nadie. elige vivir así, al menos eso creo.
ResponderEliminarUn abrazo
Buena reflexión. Es fácil juzgar, más difícil, comprender. Un abrazo
ResponderEliminarNo creo que la mayor parte de las personas que piden hayan elegido vivir así, si bien el consejo que das en las últimas líneas me parece el ideal: dar en la medida de los posible y siempre sonreír.
ResponderEliminarEsta vez me despido con una sonrisa
Una sonrisa franca y abierta, puede puede hacer que estas personas, de por sí especiales, dejen de odiarnos y recojan de nuestra mano, lo que buenamente podamos darles en conciencia. Un saludo.
ResponderEliminarNo todo se resuelve con unas monedas, pienso que hay que ir más allá.
ResponderEliminarBesos.
Una sonrisa, unas palabras son de agradecer, para el estiende la mano y para quien da la moneda. Me gusta tu reflexión, besos.
ResponderEliminarExisten quienes han elegido esa forma de vida, decisión respetable en el uso de su libertad de elección, pero sinceramente creo que son una ínfima minoría que no nos debe ocultar la triste realidad de la inmensa mayoría de los que malviven en la calle a expensas de la solidaridad ajena.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
¡Hola! Me gusta lo que dices: un gesto amable y de corazón debería ser la ayuda brindada, aunque creo que eso sólo sirve, cuanto mucho, para pasar el día, desgraciadamente, no cambia la situación, pero puede ayudar a afrontarla un poquito mejor.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
No imagino a nadie viviendo en la calle por elección. Y no entiendo que la limosna deba ser el medio de vida de nadie.
ResponderEliminarSaludos.