Por el interior de mi cuerpo
viaja un deportivo rojo. En la cabeza coge velocidad para dar la vuelta, como
no puede salirse... Por los pulmones, viaja más despacio, dice que se engancha
con tanto tronco y tantas raíces. En el estómago, dice que según el día. Hay
días que se respira un ambiente ligero, verde y sin excesiva densidad, y otros,
mucha carne, mucho pan y mucho dulce. Por el laberinto de los intestinos, tiene
obstáculos, pero dice que sirven para practicar la conducción deportiva.
Lo peor es cuando tiene un
accidente, y tengo que tragarme una ambulancia entera.
Fabián Madrid
Más ojos vueltos en el blog de Pepe
¡Qué bueno, compi, qué bueno!!!!!
ResponderEliminarEstupendo tú interior ..en él se vida y sobre todo aventura .
ResponderEliminarAbrazos.
ja! siempre tan directo, contundente y original, Fabián. Siempre es un gusto leerte. Un abrazo
ResponderEliminarSomos lo que comemos, (Lo que escribimos, lo que pensamos, etc.) y tú eres tú, siempre. Me alegro.
ResponderEliminarBesos.
un interior digestivo ja... y viajarlo en un convertible rojo seguro es un placer.... saludos...
ResponderEliminarBuenas tardes, Fabián:
ResponderEliminarGracias por ofrecernos este viaje, tan ágil como ingenioso.
Un abrazo.
Jajajaja, muy bueno.
ResponderEliminarSaludos.
Es que me he quedado de piedra, que bueno!!! Besos.
ResponderEliminarjjajajajajajjajajajajjajajajaj....demasiada imaginación en esta historia...Perdóname la risa, pero de solo imaginar la escena no he podido aguantarme..Que entrada mas especial..
ResponderEliminarMe has echo reir a base de bién. Esta versión en tono humorístico, me ha gustado mucho. gracias por compartirla, amigo Fabián.
ResponderEliminarYa me gustaría un deportivo rojo corriendo por mi interior, Fabian. Me conformo con un utilitario tipo Seat 600 que difícilmente supera los numerosos baches que se encuentra en su camino.
ResponderEliminarIngeniosa entrada.
Gracias por sumarte a mi convocatoria.
Un abrazo.
Muy buena metáfora. Cuando nos pasamos lo pagamos.
ResponderEliminarUn abrazo
Genial la metáfora ;)
ResponderEliminarCreo que en mi caso en vez de un deportivo seriá una preciosa Harley Iron 883
¡Un abrazo!
Qué bien si pudiéramos meter ese Ferrari Rojo en nuestro interior.... lo mulliditos que haríamos el recorrido, y la de cosas que tan bien conocemos pero que nos aportarían un montón de sorpresas. No me gusta el accidente final. Demasiadas cosas ocurren en nuestro interior que nos conducen al hospital... Pero, ole por ese ejercicio.
ResponderEliminarEse deportivo rojo lo recorre todo y hay que dejarlo que avance aunque derrape, pero entre carrera y carrera, a disfrutar.
ResponderEliminarRelato muy original y sutil.
Besos.