14/3/18

Este jueves... Equilibrio emocional



Por un lado, me apetece coger a mi gato, acariciarle, sentir su pelo suave y cálido bajo mi mano, su tenue ronroneo, su mirada inocente... Cuando se cansa, se baja de mis piernas, se estira, se mueve, me mira y se vuelve a sus cosas.
Pero, por otro lado, cuando llevo buscando tres días por toda la casa mi nueva pulsera de actividad, y él me ha seguido, acompañándome en mi desgracia, hasta que, de un pequeño zarpazo, con cara inocente la saca y se va, siento otra emoción, distinta. No sé si será eso lo que llaman equilibrio emocional.

Fabián Madrid

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11 comentarios:

  1. Pobre minino, no seas malo, sólo quiere jugar.
    Bonito relato que refleja perfectamente el equilibrio emocional, con sus subidas y bajadas.
    Gracias por participar
    Un saludo

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  2. jajaja gatico.... si es que es un amor-odio esto del genio gatuno :)
    Muy original
    Bss

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  3. Muy bueno. Equilibrio emocional, y pulsera de actividad.
    No se puede pedir más.
    Abrazo.

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  4. Jaaa, lo has explicado genial porque se han visto la dos caras de la moneda y eso también es equilibrio el yin -yang.
    La dosis de humor es idónea así pues , que el gatito siga haciendo de las suyas y tú buscando mientras tanto el ejercicio está asegurado .
    Un abrazo .

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  5. El poder que tienen las mascotas...

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  6. Mi asignatura pendiente es tener un gatito, sea gruñón o juguetón

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  7. Jjajaja qué bueno lo que dices, ¿sabes? me recuerdas a la mía... me encanta acariciarla, pero cuando me muerde o araña no la soporto jajaja.

    Besos.

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  8. Buenas noches, Fabián:
    Imagino que el equilibrio emocional que encuentras en la compañía de tu gato tiene más de siete vidas, pues contarás hasta diez cuando vives sus travesuras.
    Se agradece el tono jovial y optimista de tu confidencia, Fabián.

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  9. Como se nota que vives con gatos....Besos.

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  10. Supongo que la expresión se refiere a intentar mantener una vida sin innecesarios desbordes, sin descontroles que nos dañen, haciendo equilibrio entre la necesidad de sentir en plenitud con el instinto de autodefensa y refugio en el que nos permitimos reflexionar.
    Un abrazo

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  11. Y eso sin tener gato jajajaja
    Besos.

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