22/9/10

Suceso previo


Estábamos en el bar cuando en su móvil sonó Fiesta Pagana. Salió fuera a hablar y al cabo de un rato volvió a la pista. Empezó a bailar como loca entre las luces de la discoteca con los brazos en alto, complaciente, dando permiso a todo el mundo a invadir su espacio, a descubrir sus secretos, a mezclarlos con los nuestros. Su rostro sonriente y acelerado entre luces de colores, nos invitaba tanto a nosotros como a ellas, que con media sonrisa en la cara y los ojos zahirientes se acercaban entre ronroneadoras y salvajes. Enseguida la rodearon y saltando a la vez que ella, la iban acariciando y parando, cada vez los saltos eran menores, cada vez estaban más cerca, más juntas y con menos manos a la vista. Cada vez la noche se hacía más suya y menos nuestra. La canción seguía pero no era igual. La música parecía que había perdido fuerza, pero había ganado en intensidad, en color y en calor. Al final, parada, abrazada, sobada sin recato entre las luces ahora giratorias y con la tranquilidad femenina de estar en la legalidad y sabiéndose excitantes y excitadas, perdieron la poca mesura que les quedaba, y pegadas a la columna central de la pista, la mayoría de las mujeres que había en la boda comenzaron un baile diferente, una coreografía ensayada. Distintas edades, distintos rostros, pero un deseo común.

2 comentarios:

  1. Bien pintada la escena. Me pregunto ¿ cómo la describirias si emplearas tu lado femenino?

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  2. Bien pintada la escena. Me pregunto ¿ cómo la describirias si emplearas tu lado femenino?

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