La música tímida rozaba el aire de costadillo, salpicando
sonidos quedos por la estancia. Las velas suaves en los rincones dibujaban en
el ambiente unas olas de colores, que movían las siluetas de las lámparas. El
aroma a jazmines permanecía flotando en el aire, saturando la estancia de plácida
tranquilidad. El ruido caprichoso de la fuente hablaba entrecortando las
frases. Los cojines y la gran cama esperaban ser estrujados, aplastada. Todo
era suave e insinuante. Esta armonía está a punto de sonar. Estoy a punto de
decir ¡Música maestro! Oigo un ruido, seguro que ya...
Parece que tardas... menos mal.
Fabián Madrid
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Has puesto todo a punto como si de un concierto se tratase.
ResponderEliminarPara una noche de dulce espera con ese aroma y ese sonido es perfecto ..una buena composición nos has hecho hoy .
ResponderEliminarUn abrazo .
Tranquilidad... ya huele a jazmín... empieza la música maestro...
ResponderEliminarBesos.
¡Hola! Has creado el ambiente perfecto entre esas notas para la espera. Precioso.
ResponderEliminar¡Gracias por sumarte!
¡Un abrazo!
Todo está bien dispuesto... seguro que la sinfonía será estupenda!
ResponderEliminar=)
Bonita composición la que creó.
ResponderEliminarUn saludo.
Espera una gran noche con toda esa ornamentación.
ResponderEliminarUn abrazo
Es que no te has dejado ni un detalle....pues que empiece la melodia ya. Besos.
ResponderEliminarSolo falta el gran cierre. Todas las notas marcando un paso... Un paso de amor, de deseo, de juego... o tal vez, un final, pero el ambiente es el perfecto para "eso".
ResponderEliminarUn beso :-)
Mag
La tranquilidad huele a jazmín y más que la música, en tu relato iba a empezar una tormenta fresca y fragante...
ResponderEliminarUn abrazo.