Nunca confesaré mi vida
anterior, lo que hice cuando era joven, cómo cambió mi vida después de aquello.
Quiero vivir tranquilo, aunque la gente piense que soy un poco raro. Prefiero
eso a que se sepa todo; mi vida, cuando no era famoso ni conocido, antes cuando
no era docente ni tenía el departamento de sicología, diez profesores y
profesoras y más de mil alumnos y alumnas a mi cargo.
Cuando llegue mi retiro para
siempre, en ese claustro final, y no antes, diré el nombre con el que me
bautizaron mis padres. Solo eso, y sin explicar nada desapareceré.
Fabián Madrid
Más secretos
en el blog de San
Uyy, que nombre (y que hombre) tan misterioso, lo mismo es mágico y cuando se pronuncie, plas, desaparece. Ahora caigo , es el personaje de un cuento, en otra vida, claro.
ResponderEliminarUn beso
¡eso Fabián!
ResponderEliminar¡UY... qué intriga...!
ResponderEliminarPor no querer decir algo dice entre líneas, misterio bien guardado y con derecho, cuando quiera desaparecer dirá o no dirá, creo que no, que un nombre puede explicar mucho o poco, nunca define las múltiples sombras. Ahí está la gracia, en mantener oculto un secreto como debe ser, el resto, la vida pública exitosa es cosa de muchos sabida, poca intriga.
ResponderEliminarSi es lo que te apetece, guardar el secreto hasta la hora esperada.
ResponderEliminarMe contaras???
abrazo :)
jajaja Y el que quiera saber que vaya a la escuela...
ResponderEliminarCon qué nombre te bautizaron? Vaya, eso sí que es sembrar la curiosidad... no sé si alcanzo a aguantarme las ganas de saber! Por las dudas voy barajando posibilidades, identidades, no sé, ante tanto misterio, a veces se corre el riesgo de que se saquen conclusiones muuuy locas sobre uno.
ResponderEliminarBuena intriga has despertado!
Besos:
Gaby*
¡Que puñetero! ¿Cual será el nombre?. Un saludo
ResponderEliminarPues ya nos has dejado a todos intrigados. Habrá que esperar... Un beso.
ResponderEliminarTodos tenemos derecho a nuestro santuario particular, aquel cuya llave nos pertenece en exclusiva. Es saludable que así sea. Por tanto, tendremos que esperar a que voluntariamente quiera abrir la puerta que nos oculta su verdadero nombre.
ResponderEliminarUn abrazo.
La curiosidad tal vez desaparezca con tan solo saber un nombre, pero después de una vida vivida como el o la protagonista ha querido, igual no merece la pena desvelar el secreto o tal vez sí ¿quien sabe?
ResponderEliminarUn beso.
No importa ya lo que le haya sucedido, evidentemente le sirvió para tener ahora una mejor vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
jajaja... vaya si que nos dejaste con la duda eee...
ResponderEliminarjajaja... vaya si que nos dejaste con la duda eee...
ResponderEliminarJajajaja qué intriga! Es que es muy feo??????
ResponderEliminarSi el que tiene un secreto no dice que lo tiene, no pasa nada, pero si dice que lo tiene y no lo cuenta…. estamos inquietos, queremos saber, buscamos la verdad.
ResponderEliminarseguramente con ello practicaba el susodicho anónimo una libertad absoluta de cátedra, ah, no sé qué pensar, o muy cobarde o muy astuto??
ResponderEliminarUn beso y un cafelito.
La intriga es mayúscula, y nos quedaremos en eso...sin saber como eras antes de comandar un grupo tan variopinto, dinámico, creativo y dedicado como el que está a tu cargo junto a la taza del café.
ResponderEliminarbesos!
Has logrado que me pique la intriga jejeje...muy buena jugada!
ResponderEliminar=)
Saludos!