El acto de Sade
Trabajo como funcionaria en la embajada de mi país en Londres. Lo mismo atiendo al público, que archivo en soledad, o participo en reuniones con mis jefes. Pero tengo una pasión oculta: me gusta cantar. También estoy empezando a actuar, porque algunas piezas musicales de las que interpretamos en la coral, generalmente óperas, tienen su puesta en escena. Creo que nadie de mi trabajo me imagina vestida de esclava, y cantando Nabucco.
Hoy no voy a
ir a ensayar, porque me han llamado del negocio en el que participo. Falta una
trabajadora y tengo que sustituirla. A veces lo hacemos entre las socias, para
no tener que contratar a nadie solo por una noche.
He ido al
comercio, en el centro, y me he puesto mi traje de faena, y con el látigo he
ido castigando a los clientes que se lo merecían.
Fabián Madrid
Umnnnn,nada es lo que parece, todos tienen o tenemos otros yo.Un giro final muy bueno.
ResponderEliminarBesos.