Ella sube la escalera hacia su monstruo. Sabe lo que le
espera ahí arriba. Pero no puede hacer nada. Su enlace pactado con tanta
anterioridad, no puede ser roto por una cosa así. Cada peldaño es una huída de
la felicidad, del ambiente relajado de su vida actual, que cambiará por una
cárcel de aislamiento, de soledad, de pena...
Yo tampoco puedo hacer nada, aunque sepa el comportamiento
que va a tener ese monstruo, alimentado por tantos años de educación
restrictiva. Yo también soy una víctima de ese adiestramiento negativo.
Trataré de no ser con ella, como me han enseñado.
Fabián Madrid
Más sueños en el blog del Demiurgo de Hurlingham
El que sueña y el monstruo son el mismo o tal vez sean dos facetas del mismo hombre.
ResponderEliminarEl monstruo parece ser el más fuerte. ¿Podrá el otro rebelarse?
El que sueña y el monstruo son el mismo o tal vez sean dos facetas del mismo hombre.
ResponderEliminarEl monstruo parece ser el más fuerte. ¿Podrá el otro rebelarse?
Buenos días, Fabián:
ResponderEliminarEncuentro hipnótica la lectura de tu viaje a la mente del monstruo y la narración de cómo su nueva víctima acepta su condena.
Felicidades por tu relato.
Monstruos creados, casi siempre, al socaire de la educación recibida
ResponderEliminarPrisioneros de una sociedad estructurada.
ResponderEliminarEse monstruo que vive en nosotros y que es tan dificil acabar con ellos.
ResponderEliminarUn abrazo
El que reconozca su "monstruosidad" es un buen comienzo para que intente cambiar!!...ojalá lo logre, por su bien y el de su "víctima"
ResponderEliminar=)
Tal vez todos llevamos un monstruo como el de tu buen relato!!
ResponderEliminarNo siempre se nace monstruo... a veces lo hacen monstruo a uno.
ResponderEliminarElegimos el mismo argumento,por lo que fue interesante leer tu aporte y ver hacia dónde te llevó a ti la inspiración.
Besos!
Gaby*
Hay pactos que terminan siendo monstruosos...
ResponderEliminarUn beso!
que se encuentra al final de la escalera????
ResponderEliminarLo que siempre has soñado
Bueno, el relato es una auténtica pesadilla, aunque es posible que el monstruo consiga no tener el comportamiento negativo con ella que le han enseñado...aunque lo dudo.
ResponderEliminarLa foto me encanta, y relato también, por supuesto!
Todos llevamos un monstruo dentro, dejarlo salir solo depende de nosotros. Se instala de tantas y variadas formas, que controlarlo es lo dificil, pero desde luego bien merece la pena, por nosotros primero y por todos los que nos rodean después. Muy buena visión de esta propuesta
ResponderEliminarBesos.
Coincido con San en el hecho de que todos albergamos un monstruo. Que salga, depende en gran medida de que se dé la situación que lo haga aflorar a la superficie. Domeñarlo y tenerlo bajo control no siempre es fácil. Ya es bueno que ambos sepan a lo que se están entregando, como primer paso en ese proceso de contención.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.