El
cristal del reloj de arena, deforma las partes de tu cuerpo según lo voy
moviendo, mientras duermes. Estás toda expuesta a mi mirada de niño que observa
curioso a la primera mujer que puede ver. Las que veo por la calle vestidas, no
son reales, no me miman como tú. En mi soledad nadie te grita, ni te veo llorar
sola en la cocina. Soy el hermano pequeño y nadie se fija en mí. Por eso te
puedo ver a través del tiempo. Aunque solo puedo dos vueltas del reloj, porque
dice mi hermano que tú, eres su mujer.
Fabián Madrid
Más relojes en el blog de Charo
Me ha provocado ternura tu relato, que por cierto, me ha gustado mucho
ResponderEliminarUn beso, Fabián
Breve y emotivo relato narrado con mucho estilo. Has centrado tu inspiración en la forma del reloj, más que en una hora específica. Creo que es válido.
ResponderEliminarUn abrazo
Nostalgia entre la soledad del reloj, eso es lo que me ha transmitido tu relato.
ResponderEliminarBesos.
Muy bien jugada esa ambivalencia.
ResponderEliminarMuy interesante, deja puertas abiertas a la imaginación.
Bonito relato,,,un saludo desde Murcia....
ResponderEliminarMe ha gustado ese final, que abre las puertas a la imaginación.
ResponderEliminarUn saludo.
Has contado una gran historia de amor, posesión y maltrato en muy pocas palabras. Me gusta mucho la primera frase, cómo el chico mira a la mujer desnuda a través del cristal del reloj...es muy sugerente y sensual.
ResponderEliminarMuchas gracias por participar.
Un beso
Casi como una adivinanza, con la ternura de un niño, con ojos de niño escribes. Me a parecido precioso. Besos.
ResponderEliminar¡Hola! Me ha inspirado mucha ternura, precioso. Un abrazo <3
ResponderEliminarEs sutil y delicado tu relato, con más de una interpretación.
ResponderEliminarLos hermanos mayores siempre han marcado la vida de los pequeños.
ResponderEliminarBesos.
Delicada y sutil forma de contar todo el sentimiento que encierra en su interior ese hermano pequeño.Me parece muy hermoso este texto.
ResponderEliminarBesos.