Tres veces. Es
lo que pensé hacer contigo cuando tu
amiga Adela, la abogada, me entregó unos papeles para que los firmara, y me
diera por enterado de que después de
casi veinte años, habías decidido
continuar nuestra vida, tu vida, sin mi.
Querías dividir
todo lo acumulado, según decías lo más equitativamente posible, pero hay
algunas cosas que no se pueden partir.
No querías
repartir conmigo aquellas largas noches que pasaste en el trabajo, con tu jefe
que luego pasó a ser tu amigo.
La compra de
joyas que hiciste con el regalo que nos hizo mi padre, cuando le dieron la
liquidación de su retiro en la
fábrica. Aquel dinero duró muy poco y tampoco fue compartido.
Las noches
en que estabas cansada del ajetreo diario y tenía que levantarme yo solo a
dormir a los niños. Aquello no fue cosa de un día, ni siquiera de un año.
Durante la
enfermedad de Adolfo, no fuiste a verlo al hospital ningún día. Tampoco cuando
salió. Los hospitales te agobiaban.
Cuando tu padre
empezó a dudar y a no acordarse de cosas, tuve que ser yo quien le acompañara
en sus recuerdos, tú no soportabas la idea de que eso sucediera en tu familia.
Aún hay más
propiedades comunes, pero como veo que tú no les das importancia, me las voy a
quedar yo. Rubricaré estos papeles y pensaré en la mejor forma de olvidarte.
Después de
firmar pensé para mí: te quiero, te quiero, te quiero. (Tres veces)
Más ojos en
el blog de Teresa
Hay amores que logran vencer -cuando se rompen- hasta la tentación de la venganza. Es bueno que así sea, de otro modo lo que se rompe resulta ser aún más profundo.
ResponderEliminarsaludos jueveros!
=)
Fabián, bien regresado a lo juevero, me alegra verte de nuevo.
ResponderEliminarTres veces lo dice y yo digo que después de lo vivido con ella, casi tres veces es masoquista, sin embargo, son cosas íntimas y somos raros y distintos los seres humanos, por suerte que todos iguales, aburrido. Casi pone la mejilla, nada de venganza, poca cosa, unas posesiones de nada.
Besito.
la venganza si es olvido, es mas lista.
ResponderEliminarme he quedado así, pensando.
saludos!
Es conmovedor. Me quedo con aquello de que, pese a todo, el protagonita amó de verdad y claro, eso nunca caduca. En eso, sólo en eso, la vida fue generosa con él.
ResponderEliminarUn saludo
Querido amigo, tal vez no merecía que la quisiera tanto, si al final sigue con la venda en los ojos... al menos se queda con las propiedades para equilibrar con los malos momentos.
ResponderEliminarUn abrazo y un café.
¿Querer tanto p'aque, pues p'na? Hay veces que de tanto querer a uno se le termina el amor, como decía la Jurado. La verdad es que visto el antecedente lo mejor es quedarse con lo inmobiliario, aunque no siempre compense tanto amor sentido, y olvidar para siempre ha quien tanto ha querido.
ResponderEliminarMuy buen relato Fabián.
Un abrazo
yo, don gustavo...don calleja también, digo:
ResponderEliminarla ironía al poder...y he podido leer un texto finalizado con eso, ironía...
medio beso.
Un buen relato, me gustó.
ResponderEliminarSobre el mío le diré, que el perdón vino mucho antes que el olvido.
Acaso hay olvido sin perdón?
Con tu permiso me quedo en tu casa.
Un saludo y buenas noches
El olvido es la mejor de las soluciones, es una venganza dulce. Pero hay amores que.... tu lo has contado muy bien.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que fue el que mejor salio parado en este reparto, la mejor parte se la quedo, lo más bello, lo que no tiene precio. Lo demás ya importaba poco.
ResponderEliminarTres veces pensó para si lo que aún seguia sintiendo.
Muchas formas de vivir el desencuentro, la generosidad es una de ellas.
Un abrazo.
El odio es la contracara del amor, en caliente uno piensa en muchas formas de venganza, pero cuando se alberga sentimientos en el corazón, ese deseo de revancha se enfría, y nos convierte en mejores personas que lo que ha sido el otro con nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo.
No se puede poner el corazón en la mano, ni para firmar... tiene su sitio y si sigue latiendo tendrá que dejar que el tiempo haga el olvido, o no?... Muy real tu relato, invita a una reflexión...
ResponderEliminarUn abrazo
No se puede evitar querer así, aunque desees odiar y vengarte.
ResponderEliminarMe alegro de que hayas venido a mi convocatoria y siento haber tardado tanto en pasar por tu casa.
Muchas gracias por estar.
Un beso.
Y se puede olvidar queriendo,
ResponderEliminary se puede amar sin querer,
y se puede decir sonriendo:
¡que me muera aquí mismo,
si yo te vuelvo a ver!
Me gusto
Un abrazo
ibso
Creo que viene bien aquello de que el corazón tiene razones que la razón no entiende. Resulta paradójico y extraño amar incondicionalmente a quien nunca da motivos para ello, pero así es el amor. Dicen que del amor al odio hay un sólo paso pero, mucho me temo, que cuando el amor es auténtico, es difícil transformarlo en el sentimiento opuesto, aunque haya motivos para ello.
ResponderEliminarUn abrazo.
De la generosidad al olvido, duro trecho para recorrer una historia de amor. La lucha entre lo que se quiere y lo que se debe hacer ¿quien gana?
ResponderEliminarUn beso
Me encanta como escribis te encontre en el blog de Cecy
ResponderEliminarEl olvido no es venganza, es traición. Hay cosas que son indivisibles y son imposible de trasladarlo a una remuneración. Las cosas se hacen por que uno asume las responsabilidades, es un trato de pareja, pero bueno, la conciencia limpia. Eso no hay quien lo pague.
ResponderEliminarSin duda es la venganza definitiva: olvidar por completo aquello que te hizo sentir mal. Para mi, entre las palabras que escribí para este jueves en la convocatoria del ojo por ojo, el olvido y la indiferencia es la antítesis de la venganza, por eso creo que es la mejor manera de vivir el futuro, olvidando. Me gustó mucho tu relato.
ResponderEliminarUn abrazo
Sin duda es la venganza definitiva: olvidar por completo aquello que te hizo sentir mal. Para mi, entre las palabras que escribí para este jueves en la convocatoria del ojo por ojo, el olvido y la indiferencia es la antítesis de la venganza, por eso creo que es la mejor manera de vivir el futuro, olvidando. Me gustó mucho tu relato.
ResponderEliminarUn abrazo
Bien llevado.... no hay venganza posible, cuando hay amor y uno quiere, sin razones, sin motivos, sin poderlo ajustar a lo que es justo y equitativo.
ResponderEliminarPlacer, pasar por tu casa.
Un fuerte abrazo
Y si, la división de cosas nunca es justa. Hay algunas cosas que nunca serán repartidas equitativamente porque es uno solo el que llevó el peso (y lo hizo con gusto en su momento además, asi que es mejor acumularlo en la parte positiva de la balanza). El olvido es sanador y vengador también claro que si.
ResponderEliminarEsto está muy bien armado, nunca había pensado en lo injusto de algunas divisiones ...
Un saludo
en la venganza y el amor no hay razón solo sentimiento en el cual se olvida todo el dolor
ResponderEliminarUn relato sobre lo que algunos hacen y viven como cotidiano... Dolores del amor, injustos dolores. Un beso
ResponderEliminarMe has llevado a pensar en el reparto de lo inmaterialde los buenos recuerdos vividos por la pareja (lo que cantaban Ella Baila Sola) que quedan todos en manos de él, ella parece quedar vacía.
ResponderEliminarMuy buen relato. Un abrazo Fabián.
Los balances son duros, los saldos no reflejan con justicia las cuestiones del amor. Cada uno sabrá con lo que cuenta. Buen relato Fabian.
ResponderEliminarTe mando un saludo
Pues no sé por qué la quiere, porque méritos no hizo ninguno para conservar su amor, pobre hombre, creo que estará mucho mejor sin ella.
ResponderEliminarUn gusto visitar tu casa.
Ayyyyyyy, cuán peligroso es el amor, que a muchos trastorna hasta el punto de ver amor propiamente dicho allí donde sólo había interés... :/
ResponderEliminarUn placer pasar por tu casita, Fabián. Con tu permiso, me quedo por aquí.
Besosssssssss.
"Ojo por ojo, diente por diente" Suele ser tentandor cuando sentimos rabia...
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